sábado, 12 de marzo de 2011

Escultura Romana I

La escultura romana estaba subordinada a la arquitectura, sobre todo en los relieves, por los que los romanos tenían especial afición. Todos los monumentos tenían sus bajorrelieves: templos, altares, arcos del triunfo, sarcófagos, columnas, etc. En ellos se combinaban varios elementos: personajes y escenas históricas, figuras mitológicas o alegóricas, motivos vegetales, etc. Tenían un sentido narrativo, y generalmente rememoraban las hazañas de sus promotores.
El relieve romano destaca principalmente por el nivel técnico alcanzado por sus creadores. Desarrollaron un sorprendente detallismo y precisión en el modelado, así como un perfecto realismo con un gran dominio de la perspectiva. Poseían un ritmo compositivo muy vivo de gran riqueza gestual que dotaba a la obra de un gran dinamismo.
La escultura estatuaria posiblemente sea la que más nos impacte, ya que en ella podemos ver reflejada la esencia de las personas que poblaron el Imperio.
Los museos son los guardianes de estos tesoros, que nos permiten tener una visión de la plástica romana. Generalmente cuando hablamos de estatuas las asociamos con el mármol y a los materiales pétreos, pero no cabe duda que también se realizaron estatuas en bronce, terracota, oro, plata, yeso, marfil y madera. En las estatuas romanas era muy común embellecerlas, bien pintando o quien sabe si añadiendo cabello, barba, pestañas, cejas, ojos e incluso vistiéndolas.
La mayoría de las esculturas romanas están relacionadas con la representación de divinidades y héroes. No cabe duda de la influencia griega y  etrusca y como la escultura romana ha tenido una cierta dependencia de estas escuelas.
Con la conquista de Grecia, los romanos adquirieron de la cultura griega sus obras y sus escultores; y de la cultura etrusca asimilaron el realismo característico del retrato romano.
Al igual que sucede con los bajorrelieves, en todos los lugares públicos y plazas, proliferaban las esculturas. La escultura romana no solo tenia una finalidad estética, también era el reflejo de una sociedad, una política y de una historia, la romana.
Los aspectos más significativos y distintivos de la escultura romana son las cualidades naturalistas de sus obras, plenamente reales  y con una técnica muy desarrollada.
La representación más abundante suele ser de busto y hay que destacar a parte del realismo, ya comentado, la profundidad psicológica de los retratados.
Los romanos representan sólo la cabeza sobre el cuello en época republicanas y siglo I y sólo en el siglo II, a partir del Emperador Adriano se extenderá el retrato a la mitad superior del cuerpo y al arranque de los brazos. El pragmatismo del romano le lleva a veces a elaborar por separado el cuerpo y el busto del personaje, pudiéndose así intercambiar la cabeza; como ejemplo en algunas estatuas de emperadores, debido a los cambios políticos acaecidos se le coloca la cabeza del emperador reinante, al cuerpo del emperador derrocado.

Al principio el arte estatuario estará reservado a patricios, pero con el tiempo se extenderá también a los plebeyos.
En el siglo II a.e.c. cuando los militares conquistadores de Grecia arrancan de sus pedestales numerosas esculturas y las trasladan a Roma con ellos para exponerlas en los atrios de sus casas.
La clase social dominadora va a comprender al mismo tiempo el sentido público, es decir, la  propaganda política que posee la imagen esculpida.
En la época Imperial, el retrato de emperadores y personajes vinculados a la corte sirve como elemento propagandístico y de culto.
En menor proporción también se realizaban esculturas de pie, los togados, figuras sentadas,  esculturas ecuestres, etc.


Manuel Chourio  Sección 2 EES. 

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